viernes, 9 de octubre de 2009


IGNIS PHILOSOPHICUS -
LA GRAN OBRA


Noster hic esta blandus, calidus, simul humidus ignis,

omnia qui serval, nilque perire sinit.

Scilicet aequalis, generandis rebus et aptus,

quodvis temperie temperat Ule sua.

Aufugit haud ab eo propria cum conjuge Phoebus,

hunc sed amanter uti balnea grata subit.

Éste es nuestro fuego ligero, cálido y a la vez húmedo,

que todo lo conserva sin dejar que nada perezca.

Es igual y propio para la generación de todas las cosas,

con su temperancia, todo lo atempera.

De ello no escapa Febo con su propia esposa,

sino que en él se complace como en un baño propicio.


MEDITACION 3

IGNIS PHILOSOPHICUS

EL PRESIDENTE Espagnet(21) ha dicho:

*La regeneración del mundo se realiza mediante un Espíritu de fuego que desciende en forma de un agua(22) que elimina la mancha original de la materia*.

De arriba es de donde debes hacer descender el fuego filosófico que purificará tus

conceptos y acrisolará tu alma.

Hay un gran misterio en ello.

No obtendrás este fuego enigmático sino mediante un maravilloso esfuerzo de voluntad y con una ardiente súplica.

Como dice Basilio Valentín(23), estas cosas están en la misericordia de Dios.

Pontano confiesa haberse equivocado más de doscientas veces, pese a que trabajaba sobre la verdadera materia, porque ignoraba la naturaleza del fuego filosófico.

Que sean puras tus manos y tus intenciones, pues de lo contrario te será totalmente negado este auxiliar celeste.

Es el influjo astral, la chispa generada en el cielo que brota de la nube sobre el atanor, el lazo que une el macrocosmos y el microcosmos.

Sin él nada puedes consumar y con él eres dueño de toda fuerza.

Zaratustra lo llamaba Berezesengh, el fuego que está delante de Ormuz. Moisés lo llamó *; Es el espíritu mismo de Dios que desciende impetuosamente en el filósofo y que combinándose con el fuego central, es decir, con la propensión interior de su alma hacia el misterio, le hace vaticinar y le otorga el poder de realizar milagros. Recógete, discípulo mío, tú debes ser el templo de este Espíritu ardiente que opera grandes cosas.

Acuérdate que las cenizas24 de los filósofos contienen la diadema25 de su rey.

Cierra tu alma a las impresiones exteriores.

Unta tu atanor con el unto de la sabiduría.

No mires al exterior, a las tinieblas; permanece en el centro;

aproxímate lo más posible a la ignición de miedo a ser arrastrado por el engaño, por el torbellino helado del maldito que ruge, quaerens quem devoret.**

Guárdate de los lémures(26) mortíferos, de los espíritus catabólicos que merodean alrededor de ti. Mira los espectros que te acechan; invoca a los egrégores; caldea bien en tu seno el pájaro de Hermes(27).

Alégrate, discípulo mío: Alcyon(28) va a nacer. Y si sabes provocar la corriente magnética que debe establecerse entre ti y las esferas superiores, posees el magisterio. El resto no es sino un juego de niños.

Contempla, esculpido en el pórtico derecho de Notre-Dame de París, al obispo(28bis) encaramado sobre el aludel en el que se sublima, encadenado en los limbos(29), el mercurio filosófico. Te enseña de dónde proviene el fuego sagrado.

Y el capítulo, dejando cerrada esta puerta durante todo el año según una tradición secular, te indica que ésta es la vía no vulgar que la multitud desconoce y que está reservada a los pocos elegidos de la sabiduría.

Pero no está permitido decir más al respecto.

21 Presidente Jean d'Espagnet: adepto bórdeles de principios del siglo XVII.

22 Por agua no se entiende el agua corriente, sino el mercurio de los filósofos.

23 Célebre adepto alemán que vivió en el siglo xiv. Fue monje benedictino y se le conoce también con el nombre de "El monje de Erfurt",

ciudad en cuyo Convento de San Pedro residió. Sus obras mis conocidas son: Las doce claves de la filosofía y El carro triunfal del antimonio.

* OR: luz, llama, fuego, revelación.

24 Materia de la piedra, putrefacta en el aludel después que el calor exterior actúa sobre el mixto separando la humedad que liga las

partes. Se presenta como en forma de polvo o cenizas, llamándose a este estado de la materia putrefacción o corrupción.

25 Azufre filosófico que debe salir de la ceniza de los filósofos. Recuérdese el cuento de la Cenicienta. ** Cercando a quien engullir.

26 Espíritus de los que no han alcanzado el descanso, bien por sus culpas, bien por otra causa, tal como haber muerto de muerte violenta. Se supone que vagan en forma de espectros y que hieren con la locura. Cuando se manifiestan de noche se llaman lémures. Las fiestas lemurias de la antigüedad clásica se celebraban el 9, el 11 y el 13 de mayo para expulsarlos de las casas. Se cerraban los templo» y no se celebraban matrimonios.

27 Mercurio de los filósofos.

28 Personaje mítico relacionado con la leyenda de los Argonauta!. Es quien decide si Medea ha de volver con su padre o seguir a Jasón en la búsqueda del vellocino de oro. Desciende de I'oaridnn Su hija, Nausicaa, conduce felizmente a Ulises hacia Itaca, su patria. Un» interpretació n alquímica de la leyenda del vellocino de oro ha ildíl publicada como apéndice a Las bodas químicas de Chtislian Hititnkreutz, editada en esta misma Biblioteca Esotérica.

28bis Se refiere a Guillermo de Auvernia, 1228-1249 (otros dicen que el obispo es un símbolo de Mercurio), que fue quien esculpe el mensaje alquímico sobre los muros de Notre-Dame. (Véase nota 73)

29 Limbo: cuerpo reducido a sus principios elementales y no elementales.


LIBRO LA GRAN OBRA GRILLOT DE GIVRY

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