martes, 22 de febrero de 2011

LOS ARCHIVOS DE LA KGB DEL PROFESOR YEFREMOV

PAUL STONEHILL
EUA
rurcla@hotmail.com
El autor brinda un interesante
recorrido por la vida y obra del
célebre escritor y científico ruso,
cuyos conocimientos buscaba
obtener la KGB.


Ivan Antipovich Yefremov nació en 1908 (el verdadero año de su nacimiento), hijo de la hija de un campesino y un oficial del gobierno ruso.

Doctor de ciencias biológicas, brillante escritor de ciencia ficción y audaz visionario, Ivan Yefremov ha escrito más de 100 trabajos científicos.

El amplio conocimiento enciclopédico de Yefremov abarcó la biología, la física, la astronomía, sociología, filosofía y medicina.

Él acuñó el término tafonomía (la ciencia que estudia el proceso de descomposición y fosilización) y fundó el estudio de la tafonomía en 1940 (haciendo que la paleontología se haya convertido en una ciencia exacta).

Yefremov pudo predecir el descubrimiento de depósitos de diamante en Yakutia; debido a sus ideas un científico soviético pudo algunos años después descubrir la holografía práctica. La KGB se quejó después que Yefremov sabía dónde estaban localizados los depósitos de diamante pero no lo habría dicho a las autoridades y en cambio reveló el secreto estatal a través de su historia.

Yefremov estaba de igual modo en casa entre las estrellas, en mar abierto, en los cataclismos de épocas geológicas lejanas, o en el mundo inexistente de la antimateria. Esto, según el profesor Olson, un antiguo miembro de la Academia Nacional de Ciencias, y destinatario de numerosas medallas y premios que conoció al científico ruso y concordaba con él. Olson describió a su colega como una persona que al parecer no sentía los límites del tiempo y el espacio.


La inmensurable amplitud de conocimiento

Yefremov escribió sobre artefactos alienígenas encontrados durante las expediciones paleontológicas (su novela Star Ships no se publicó hasta 1948, debido a las ideas presentadas allí de que hay muchos planetas habitados en el Universo, que la evolución de los seres pensantes es bastante similar, y que todos los seres sensibles son de apariencia humanoide). Él estaba convencido de que todas las afirmaciones respecto a que nosotros no podremos entender a las civilizaciones que han surgido en otros planetas en condiciones diferentes eran infundadas. El hecho, en sus palabras, era este: “el Universo está construido conforme al mismo plan, de los mismos ladrillos o elementos, con las mismas propiedades y relaciones causa-y-efecto. La conciencia, el pensamiento, y la cuestión intelectual en todo el Universo están estructuradas de acuerdo con estas leyes, y, en tanto ellas tienen origen en aquellos, representan su producto y reflejo. Por consiguiente, no hay duda de que nosotros entenderíamos a las otras mentes; no podemos fallar…

Yefremov recién pudo publicar una historia que escribió en 1943, sobre la memoria genética, en 1968 (A Secret from Hellas, demasiado “místico” para el régimen…).

Tenía que tener en su poder un conocimiento que no ha sido revelado del todo. En una novela, Yefremov escribió que Imhotep estaba buscando información y recibiendo respuestas exactas directamente de la deidad egipcia Thot, en su santuario de un lugar conocido como las Almas de Ra… El sabio Imhotep, una gran mente, estadista y científico del Antiguo Egipto regresó junto a su Faraón con respuestas precisas, y mucho más: él le mostró maravillas que ningún otro Faraón anterior había visto alguna vez.

A Imhotep le fue dado el conocimiento ya en aproximadamente el 2880 a.C., en el período cuando muchos otros centros de conocimiento recientemente adquirido surgieron en China, Creta, Sumer, e India; cuando los hombres recibieron el conocimiento de “los dioses” que llegaron a nuestro planeta… Imhotep guardaba objetos, similares a las poderosas computadoras modernas, en un santuario especial.

El  profesor Yefremov estaba fascinado con la civilización minoica, Creta antigua y sus misterios, los habitantes desaparecidos. Él parecía saber mucho más de lo que reveló en sus novelas…

Él sabía inglés, francés y alemán; conocía y discutía el Agni Yoga, una enseñanza esotérica fundada por el pintor y filósofo ruso Nicolás Roerich y su esposa, Elena. Yefremov también conocía bien un libro muy curioso (no disponible en la URSS) "Le Matin des Magiciens (La Mañana de los Magos), en realidad, el precursor de la mayoría de la literatura “New Age”.

A lo largo de sus novelas e historias él estuvo enormemente influenciado por la antigua Grecia. Yefremov era un amante de la vida; enfatizó constantemente la belleza, sobre todo la belleza del cuerpo humano, la belleza del saludable Eros. Odió a los fanáticos religiosos, a todos aquellos que destruyeron la belleza y la psique humana.

Él poseía un conocimiento increíble de la hipnosis; su libro “experimental” Razor’s Blade (1963) es notable por una gran cantidad de hechos científicos y dinamismo (el hipnotismo, la memoria genética, la psique humana, Alejandro el Grande y su misteriosa corona encontrada en el fondo del océano, la India antigua, aventuras sin parar…) siempre eran bestsellers en los mercados negros soviéticos, y se reimprimían año tras año.

Yefremov estaba bastante familiarizado con los sistemas budistas Hinayana y Mahayana, las enseñanzas pitagóricas y gnósticas; aprendió las cinco fases del Yoga, y estaba interesado en el nestorianismo y maniqueanismo.

Él no fue un adherente de las ciencias ocultas. Yefremov era ateo y creía en su versión del Comunismo. No fue un místico, pero tampoco un dogmático. Allan Yefremov reveló que su padre estaba muy interesado en el Hinduismo. Al mismo tiempo, él poseía un gran talento: podía diagnosticar enfermedades con precisión, sorprendiendo a los médicos. Él le dijo a su hijo que nada hacía pensar el rápido fallecimiento de Nicholas Roerich...

Según P. Chudinov, doctor en ciencias biológicas, y estudiante y ayudante del profesor Yefremov, el hombre había poseído un fantástico sentido de ser uno con la Naturaleza. A las personas alrededor de él les parecía, en ocasiones, que él había visitado las áreas adonde llegaron sus expediciones, aunque ellos sabían con toda seguridad que él nunca había estado allí antes…

Yefremov creía en el poder espiritual de un hombre psicológica y físicamente auto superado; él creó una visión de un magnífico, brillante, impresionante futuro de la  humanidad, de exploración espacial, de cooperación entre nuestra civilización y las civilizaciones extraterrestres a través del uso del Gran Círculo, una asociación maravillosa que consolida a los planetas aislados (como la Tierra) en la totalidad interconectada por extraordinarios métodos de comunicación.

Mucho antes de que se volviera un problema, el profesor Yefremov manifestó sus preocupaciones sobre la ecología del planeta y el daño al medio ambiente durante la carrera armamentista nuclear.

Hacia el fin de su vida, Yefremov estaba interesado en todo (excepto en ciencias políticas), según su hijo; la magnitud del conocimiento del hombre era inmensurable.


Un Comunismo diferente

Ivan Yefremov tenía su propia visión del Comunismo: el estupendo futuro que él describió en Andromeda-the Space Age Tale and Cor Serpentis (Heart of the Snake) (1958) era drásticamente diferente de la sombría realidad contemporánea. Esto no fue buena señal con los líderes soviéticos, y la KGB.

Los soviéticos amaron sus novelas; muchos de ellos (incluso los cosmonautas) escogieron sus profesiones y educación debido a la influencia de los libros de Yefremov (traducidos en docenas de idiomas del mundo).

Yefemov nunca mencionó al líder comunista ruso Lenin en sus novelas del futuro, aunque fue presionado para hacerlo. En los años 30, el Partido Comunista no lo aceptaría como miembro debido a la “incorrecta” clase social de su padre, y en los 50 Yefremov declinó afiliarse, declarando que la clase social de su padre no había cambiado…

Las autoridades intentaron silenciar cualquier mención de los logros de Yefremov (incluso en la paleontología…) después de su muerte, y durante varios años tuvieron éxito.


Una extraña investigación de la KGB

Un mes después de su muerte en octubre de 1972, la KGB cerró su moderno apartamento en Spasoglinischevsky Pereulok, lleno de libros, diarios, tratados científicos, mapas, cuadernos, y muchos otros artículos.

Once funcionarios investigaron el apartamento durante más de 13 horas usando Rayos X y un detector de metales. La KGB había investigado el apartamento del famoso paleontólogo durante más de 13 horas. Intentaron abrir la urna con las cenizas de Yefremov, pero su esposa Taisia Iosifovna no se los permitió. Cuando ella quiso averiguar más tarde cuál era la razón para todo esto, la KGB le dijo que habían encontrado un artículo anti-soviético que alguien (que no dejó ninguna dirección de remitente) le mandó por correo al escritor. Al mismo tiempo, la viuda fue interrogada repetidamente sobre las heridas de su marido, y todos los detalles de su vida, desde su nacimiento hasta la muerte. La oficina del fiscal quiso saber cuántos años hacía que ella conocía a Yefremov realmente. Ella le hizo una pregunta directa a la KGB: ¿de qué lo están acusando ustedes a él? La respuesta directa fue que ellos no lo estaban acusando, ya que él era un muerto.

La esposa de Yefremov guardó una copia del informe de la investigación de la KGB; éste decía que ellos estaban buscando “literatura ideológicamente dañina.” Ellos confiscaron las viejas fotografías de Yefremov (de diferentes períodos de su vida), sus cartas a su esposa, cartas de los lectores, fotografías de sus amigos, y recibos. No tomaron los manuscritos del autor, pero se llevaron las botellas de medicina homeopática, y algunas cosas menores, un libro sobre África en inglés (tenía hojas secas dentro); sus minerales geológicos, un bastón con un “objeto de metal afilado dentro” y un palo hecho de metales coloreados. Ellos nunca devolvieron los últimos dos objetos.

La KGB continuó la investigación de la vida y actividades de Ivan Yefremov durante ocho años después de la muerte del escritor. El “Expediente Yefremov” constaba de cuarenta (40) volúmenes.


Archivos enigmáticos

Tres periodistas investigadores rusos intentaron revelar la verdad. Uno de ellos, A. Izmailov, publicó sus resultados en la revista NEVA (número 5, 1990). Los otros dos, Nikita Petrov y Olga Edelman, publicaron sus hallazgos en 2002 en http://www.ruthenia.ru/logos/number/2002_02/02.htm . Ellos pudieron ver los archivos del caso, archivos de la Oficina del Fiscal de la URSS. La Oficina del Fiscal estaba autorizada para supervisar casos iniciados por los servicios estatales de seguridad (KGB), y cada caso criminal tenía su archivo gemelo en la Oficina del Fiscal donde era actualizada la información del caso archivado. El caso tenía esta denominación en los archivos rusos: ЦГАРФ. ф. Р-8131. Оп. 36 Д. 5653 (según el historiador ruso N. V. Boyko que presentó su información en 1997, en el Primer Simposio Internacional de Yefremov).  

Los contenidos del archivo no proporcionaron ninguna respuesta clara y plantearon aun más preguntas. La causa de muerte no fue determinada, y Yefremov podría no haber sido la persona que parecía ser, eso es lo que consignaban los archivos, y a causa de lo antedicho, fue abierto un caso criminal y una investigación que siguió en enero de 1973. No se encontró en el archivo ninguna mención de la investigación de noviembre del apartamento del difunto autor (aunque la Oficina del Fiscal la autorizó, como los periodistas supieron luego). El caso criminal fue oficialmente cerrado en marzo de 1974, y la Oficina del Fiscal fue informada. Quince personas fueron interrogadas sobre la identidad de Yefremov, y se determinó que él murió de causas naturales. Pero la investigación de la KGB siguió.

Muchos años después, Izmailov pudo encontrarse con el investigador, quien le dijo que no había ninguna denuncia subyacente contra Yefremov. Habibulin, el investigador original, era muy renuente a hablar sobre el caso incluso en los lánguidos días de la URSS. En 1989, el periodista pudo obtener una respuesta oficial de la oficina de la KGB en Moscú de que la investigación del apartamento de Yefremov se debió a la sospecha de que el autor falleció de muerte violenta. Pero la investigación que había causado tales sospechas no está confirmada…


La hipótesis del “agente británico”

Según los rumores que se extendieron por Moscú en 1972, después de la investigación, Yefremov era realmente un agente británico que “sustituyó” al escritor durante las expediciones mongoles. Algunos rumores mencionaban que la KGB instaló un grabador en la casa del autor, y grabó su muerte… Según la antigua oficina del Segundo Departamento de la KGB (contraespionaje), V. Korolyov, que publicó su artículo en 1991 (en la revista Stolitsa), su oficina de Moscú tenía pocas actividades en que ocupar el tiempo. Para justificar su opaca existencia, el Teniente General Alidin decidió hacer de Yefremov un agente británico. ¿Por qué el caso contra Yefremov fue iniciado por la KGB? La acusación de espionaje británico no está en los archivos que pertenecen al caso. La imputación de actividades “anti-soviéticas” no figura en ninguna parte de los archivos (a diferencia de otros casos de la KGB); a menos que más archivos de la  división especial estén perdidos. La división de la Oficina del Fiscal que se ocupó de los archivos de Yefremov ni siquiera se encargaba de los casos importantes de espionaje. Pero con su muerte, si Yefremov había sido sospechoso de ser un espía, el caso habría sido cerrado. Pero no lo fue… Lo que queda es la misteriosa comprobación de identidad, la acusación de que Yefremov no era quien pretendía ser. Los periodistas investigadores llegaron a la conclusión de que por algunas desconocidas razones la KGB necesitaba un encubrimiento formal para iniciar un caso criminal contra el escritor ruso. Las incoherencias no les preocupaban a los agentes de la KGB. Cuando la necesidad de continuar el caso desapareció, ellos detuvieron el caso.


La hipótesis extraterrestre

Queda una explicación del caso contra Yefremov. A. N. Strugatsky, uno de los escritores internacionales de ciencia ficción más famoso, ofreció la explicación en su conversación con Izmailov. A finales de la década de 1960 y comienzos de los años 70, las fuerzas armadas americanas y la CIA habían creado departamentos que estudiaban seriamente a los platillos voladores  y las posibilidades de una invasión ET a la Tierra. Los soviéticos podrían tener ideas similares.

En  Mysterious Sky: Soviet UFO Phenomenon (2006), co-escrito por Philip Mantle y el autor de este artículo, se describe la investigación del ejército soviético sobre UFOs, así como el interés de la KGB en el asunto (que se remonta a los años 20). De ahí que, Strugatsky, quizás sin saberlo, tenía razón en cuanto a que los soviéticos tenían agencias y programas similares. Y el muy inusual autor soviético les interesaba enormemente.  

En esa misma época, los fans de la ciencia ficción soviéticos crecieron con la persistente idea de que los principales escritores de ciencia ficción eran agentes de civilizaciones extraterrestres. Qué si un funcionario de la KGB que controlaba la agencia recientemente creada creyó en la absurda idea de que los escritores ciencia ficción eran agentes ET…Él ordenó que Yefremov estuviese bajo observación mientras viviera, ya que ellos tenían miedo de capturar a un alienígena “vivo”, cuyas acciones podrían ser imprevisibles. Pero cuando el autor, o el “alienígena”, murió, ellos podrían revelar algún medio de sus comunicaciones con una civilización que estaba bastante avanzada, comparada con la nuestra. No sabiendo a qué se parecería el “medio”, la KGB agarró cualquier cosa que pudo. Al no encontrar lo que estaban buscando, devolvieron luego los objetos.

Esta versión explica la rara conducta de la KGB: la búsqueda en el apartamento después de la muerte de Yefremov, la confiscación de ciertos artículos, su intento de abrir la urna, la preocupación de laKGB de que el autor fuera cremado al segundo día después de su muerte (ninguna autopsia fue realizada); incluso las extrañas preguntas a su esposa; y la afirmación de que Yefremov no estaba acusado de nada.


El agua que da vida

La perspectiva de África no fue considerada por los periodistas investigadores.

Yefremov, según su hijo Allan (así llamado en honor del Allan Quartermain de las novelas de H. Rider Haggard, y geólogo), amaba África y tenía muchos libros sobre el continente en inglés, alemán y francés.

En 1942- 43 Yefremov escribió y enseguida publicó un relato titulado Meeting over Tuscarora. En él Yefremov intenta decirle algo al mundo sobre el agua “que da vida” descubierta en las profundidades del océano cerca de Sudáfrica, incluyendo las coordenadas donde puede recolectarse del fondo del océano.

El profesor Yefremov tuvo un críptico comentario sobre el relato en septiembre de 1972. Comentando sobre sus primeras historias, escribió que el problema de la acumulación de agua pesada en las profundidades del océano fuera de la mezcla termal todavía permanece abierto… Es muy posible que los envejecidos jefes del Politburó estuvieran interesados en la fuente de su conocimiento.


Huesos de dinosaurios, gigantes, y gusanos del Gobi

En 1946, el Instituto Paleontológico de la Academia Soviética de Ciencias envió  expediciones al desierto del Gobi para buscar fósiles. Las expediciones de campo verdaderas de 1946-1949 fueron dirigidas por Ivan Yefremov. Fueron hechos grandes descubrimientos (las expediciones estaban pobremente provistas y usaron medios inadecuados de transporte…). La última expedición tuvo lugar en 1949. Yefremov y sus colegas, habiendo explorado más de 25.000 kilómetros, descubrieron muchos nuevos sitios con gran número de huesos de dinosaurios y otros reptiles. Él supuso que Asia Central fue durante el Cretáceo un territorio con numerosos pantanos; agua, y  vegetación exuberante. Esas condiciones eran favorables para los dinosaurios. Por consiguiente, uno podría esperar encontrar su restos… y abundancia de fósiles (460 cajas, más de 120 toneladas llevadas a dos museos en la Unión Soviética y Mongolia) fueron halladas, así como él sabía que sería… La salud de Yefremov se había deteriorado durante las expediciones…


   
Izquierda: El profesor Yefremov durante su expedición a Mongolia.
Derecha: Ilustración de uno de los libros de Yefremov.


Sin embargo, como se informó en un artículo de una poco conocida revista rusa Mir Zazerkalya (Número 11, 2002), Yefremov descubrió algo más en Mongolia. En un valle de túmulos funerarios él encontró uno que contenía el esqueleto de un gigante que medía casi tres metros.

La fuente nombrada en el artículo es Vladimir Scherbakov, un escritor ruso muy conocido y polémico que escribió sobre civilizaciones antiguas y asuntos similares, que falleció en 2004.

Ivan Yefremov mencionó el descubrimiento en sus libros. Doroga Vetrov (El Camino de los Vientos) (a.k.a. Gobi Notes) es un ensayo de Ivan Yefremov sobre su tres años de viaje en Mongolia (1946-1949) cuando él era el jefe de la Expedición Conjunta de  Paleontología Soviético-Mongólica. En el capítulo 9 del libro, Yefremov escribió que teniendo que excavar lateralmente bajo la placa monolítica bien situada una tras otra, descubrieron placas bajo una colina (en las inmediaciones del Río Kharganaik-Gol). La última placa (de un tamaño de seis metros cuadrados) no podía quitarse por los medios mecánicos de la expedición. Justo debajo de la placa en la capa de arena suelta, ellos descubrieron un esqueleto de un hombre muy alto de más de sesenta año de edad. Él yacía de espaldas, de cara al oeste, boca arriba. De manera extraña, el esqueleto había perdido las muñecas de ambos brazos. No había absolutamente nada cerca del difunto. Ningún fragmento de platos, ningún arma rota, ningún rastro de alguna decoración o vestimenta, como si la persona hubiese sido enterrara completamente desnuda. Algunos supusieron que era un esclavo o un enemigo sepultado allí, pero en este caso, toda esta estructura gigantesca era sin sentido. Tales enormes placas pudieron ser movidas por un buen centenar de hombres, a latigazos. Los huesos del difunto habían sido muy dañados por el agua que goteaba de una pendiente del área bajo la placa. Eglon, un miembro de la expedición, le aplicó cola de carpintero. La expedición se llevó el cráneo, una cadera, y un extraordinariamente macizo lumbar. A juzgar por el cráneo, el difunto no era mongol, sino de raza europea. Con mucho cuidado ellos embalaron los huesos que habían estado bajo la placa durante casi tres mil años, y después los entregaron a los arqueólogos de la expedición del profesor S.V. Kiselyov.


   
Izquierda: Ivan Yefremov en la expedición a Mongolia. Derecha: Extraña foto del Prof. Kiselyov,
el arqueólogo que recibió los huesos gigantes hallados por Yefremov en Mongolia.


Alexandra Yuferova publicó un artículo en la revista rusa Nauka i Religiya (Número 4, 1991), titulado Ivan Yefremov i Agni Yoga. Ella escribió que Ivan Antonovich Yefremov encabezó la expedición conjunta mongol-soviética en el desierto de Gobi en 1946-1949. Yefremov recordaba los días despreocupados y felices de la expedición, sacó varias fotografías de sus archivos ocultos, e hizo un comentario sobre ellos. Yuferova recordó especialmente la descripción del antiguo túmulo funerario excavado, donde bajo una monolítica placa tremendamente pesada se ubicaba un gigantesco esqueleto, de más de dos metros de alto, de un ser humano de algún pre-mongol desconocido por la ciencia. “El hallazgo”, lamentaba Yefemov, “tanto contradijo todo lo que ya era conocido y establecido, que no fue permitido publicarlo (fotografía).”

¿Fueron hallados esos archivos ocultos por los agentes de la KGB? ¿Qué pasó con los huesos? ¿Y quién era este misterioso gigante, tan diligentemente enterrado bajo la enorme estructura? Yo continúo mi búsqueda para averiguar los hechos.

El Sergey Vladimirovich Kiselyov (1905-1962) encabezó en 1948-1949 las excavaciones arqueológicas de Karakorum, Khar balgas y otros sitios históricos, dirigidas por la expedición conjunta organizada por la Academia Soviética de Ciencias y el Comité de Ciencias de Mongolia. Los resultados de su investigación así como los resultados de la expedición conjunta fueron expuestos en la monografía Ancient Mongolian Cities (Antiguas ciudades mongoles). Necesito agregar que durante los años 1930 y 1940, un gran número de arqueólogos soviéticos fue arrestado por la policía secreta de Stalin y enviado a los campos de concentración soviéticos, donde algunos fueron ejecutados. El profesor Kiselyov, según se informa, ayudó a por lo menos un arqueólogo soviético, M. P. Gryaznov, que fue arrestado y pasó algún tiempo en los campos de concentración de GULAG, y luego puesto en libertad. El antiguo prisionero pudo continuar sus estudios porque su colega escogió ayudarlo; éste fue un acto valiente de parte del profesor Kiselyov.

Harganaik-Gol se traduce como el Río de Negras Cuestas Afiladas. A lo largo de la orilla del río, por más de treinta kilómetros, hay una ininterrumpida cadena de antiguos túmulos funerarios. Detrás del paso, hay precipicios de granito, torres, pinturas de ídolos y animales fantásticos. Hay montañas extrañas con pedregal de piedra azul, y en el valle hay pilares de cuatro metros de alto de granito rojo con corte cuadrado. Los pilares contienen escudos, círculos y líneas. Los monumentos han sido erigidos hace miles de años.

¿Dónde está el río? Yo no pude encontrarlo todavía. Pero, un total de 4.150 ríos y lagos de Mongolia se han secado desde 2007, según informa el Ministerio de Medio Ambiente y Viajes.

El recalentamiento global y las actividades mineras causaron el secado de los ríos, la deficiencia de agua y la desertificación, decía el informe. En particular, las compañías mineras nacionales y extranjeras jugaron un papel importante excavando cerca de las fuentes de agua y talando bosques y árboles en busca de oro y otros minerales subterráneos, llevando a la erosión del suelo y la polución.

Durante sus viajes por Mongolia, Ivan Yefremov escuchó rumores y leyendas del Gusano Mongol; y publicó una historia en 1944 sobre un encuentro mortal con la criatura. Se dice que el Allghoi khorkhoi posee una eficaz habilidad para matar personas y animales al instante en un rango de varios pies. Yefremov describió a una criatura que pertenecía a una especie completamente desconocida. Era un gran gusano grueso que se retorcía sobre la arena, repulsivo y aparentemente desvalido. Cuando los hombres se le acercaban, los gusanos se convertían en anillos, y su color cambiaba y se oscurecía. En el relato los gusanos mataban a dos hombres que corrieron hacia ellos. ¿Pero cómo los mataron? Yefremov describió algunas antiguas leyendas mongoles; los nativos realmente estaban aterrados por la criatura, y los gusanos nunca fueron estudiados por los exploradores. La criatura mata a la distancia e inflige una muerte instantánea; podría ser por una excepcionalmente poderosa descarga eléctrica, o algún veneno que despide. En 1972 el profesor Yefremov escribió que no había habido ninguna confirmación de que los gusanos existiesen hoy realmente, que era una criatura que se había extinguido pero se mantenía viva en los relatos folclóricos; pero algunos exploradores hoy sostendrían su conclusión.

En memoria del gran escritor, los astrónomos del Crimean Astrophysical Observatory nombraron luego como Yefremov a uno de los asteroides del Sistema Solar. Este asteroide, llamado Efremiana, da vuelta alrededor del Sol durante aproximadamente cinco años. Un mineral, efremovite, se nombró en su honor, así como algunos animales prehistóricos.

Los restos de Yefremov descansan en el cementerio de Komarovo cerca de San Petersburgo.

Procedencia de las imágenes: Archivo de Paul Stonehill
EL AUTOR es escritor, disertante e investigador especializado en fenómenos anómalos acaecidos en Rusia, Europa Oriental y Asia Central. Sus artículos se han traducido a varios idiomas, y su libro The Soviet UFO Files se publicó en 1998, en inglés, checo, y holandés. Su último libro, en coautoría con Philip Mantle, fue publicado en español, en 2010, bajo el título Expediente Soviet UFO.


© Copyright Paul Stonehill, 2010. Todos los derechos reservados
Traducido y publicado con permiso expreso del autor.

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