jueves, 14 de julio de 2011

IMPLANTES EXTRATERRESTRES EN LOS ABDUCIDOS
Hace algunos años los abducidos empezaron a contarnos extrañas historias de minúsculos objetos que sus raptores habí­an introducido en diferentes partes de sus cuerpos.

En la actualidad la ciencia, de la mano de los investigadores, ha encontrado y extraí­do varios de esos pequeños artilugios. Aunque las conclusiones no son de dominio público se podrí­a decir que en los últimos tres años la investigación en el campo de los implantes ha dado un paso de gigante y muy posiblemente estemos a punto de abrazar la evidencia definitiva de que hay otros mundos pero no están en éste.

La primera vez que cientí­ficamente se realizó una operación para extraer un implante del cuerpo de un abducido fue en 1992 en el Instituto Tecnológico de Massachusetts (M.I.T.), una de las universidades técnicas más importantes del mundo, donde tuvo lugar un congreso para estudiar el fenómeno de las abducciones, organizado por el profesor de Psiquiatrí­a de la Universidad de Harvard, John Mack y el doctor en Fí­sica David E. Pritchard del M.I.T.

Para ello se utilizó un espectrómetro de masas de iones secundarios con el que se bombardeó la superficie del minúsculo objeto a fin de estudiar los iones resultantes. El doctor Pritchard se sintió tan interesado que después del congreso hizo el seguimiento del estudio del implante. Estos objetos fueron examinados además en el Laboratorio Wellman de Fotografí­a Médica, dependiente del Hospital General de Massachusetts, especializado en el estudio de cuerpos anómalos en el organismo humano.

De las ocho operaciones realizadas hasta agosto de 1998, en cuatro de ellas se encontraron objetos metálicos ajenos al cuerpo, cubiertos por membranas oscuras, grises y brillantes que no pudieron ser abiertos con el bisturí­. Estas membranas estaban compuestas de coágulo proteí­nico, hemosiderina y keratina. Estas tres sustancias se encuentran en el cuerpo pero según las investigaciones del doctor Leir y su equipo, nunca se han encontrado combinadas de esta manera, según la literatura médica existente. Esta puede ser la causa de que no haya inflamación en los tejidos adyacentes al cuerpo extraño.
Hace ya años que se detectaron cuerpos anómalos en seres humanos, pero en aquellas fechas no se llegaron siquiera a relacionar con el fenómeno ovni. Tuvieron que pasar años para que fuéramos conociendo poco a poco las extrañas actividades de estos seres y empezásemos a sospechar la relación existente entre ambos hechos.
Los implantes extraí­dos de la primera serie de intervenciones quirúrgicas fueron estudiados por dos patólogos y luego enviados a varios laboratorios independientes para su análisis. En las pruebas se evaluó la patologí­a del tejido, se hizo una espectroscopia con láser y se realizaron diversas pruebas metalúrgicas que incluí­an medidas de la densidad por inmersión, radiografí­as, microscopia electrónica, rayos X, así­ como estudio de las propiedades electromagnéticas y pruebas de fluorescencia. Todos estos ensayos se realizaron en el Instituto Nacional del Descubrimiento de la Ciencia (NIDS) de Nuevo México, así­ como en otros laboratorios independientes.

Mientras estos objetos anómalos estaban siendo analizados, otra serie de extracciones quirúrgicas de implantes tuvo lugar el 18 de mayo de 1996. Las dos mujeres que protagonizaron esta segunda tanda de operaciones se ofrecieron para ser entrevistadas y someterse a estudio. A Debbie O., de 61 años residente en Lancaster (California) y a Susie Adams, de 40 años, les fueron extirpados objetos similares de la parte inferior de la pierna izquierda. A Licia Davidson, de 37 años, que ha tenido numerosos encuentros con ovnis y EBEs, se le extrajo del pie en enero de 1997 un extraño objeto de aspecto cristalino

Los informes patológicos posteriores a las dos primeras intervenciones revelaron que los objetos metálicos estaban recubiertos por una membrana gris muy densa y resistente, constituida por queratina, himosiderina y coágulo proteí­nico. Más concretamente, se trataba de proteí­na de sangre y células que se encuentran habitualmente en la capa superficial de la piel. Los resistentes "capullos" biológicos que recubrí­an los implantes también contení­an células nerviosas de un tejido que no se encuentra en esta zona del cuerpo. Estas formaciones despedí­an una fluorescencia verde brillante en presencia de una fuente de luz ultravioleta.

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Saludos
Mario

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