viernes, 24 de agosto de 2012

EJERCICIO PARA LIBERAR EL ALMA DE ATADURAS

DESPRENDERSE DEL PASADO

Este es un ejercicio muy importante que se debe repetir cada siete meses, o cada vez que se considere necesario. Es conveniente desprenderse de todo los utensilios o artefactos que no funcionan o que no se utilizan en la casa. No es bueno conservar ropa que no se va usar, libros o revistas que no se van a leer u otros objetos que no cumplan una función útil. Se puede vender, donar o regalar aquello que uno no necesita más. Es importante dejar lugar para lo nuevo. Tiene que haber cierto espacio vacío en la casa porque, de lo contrario, lo nuevo no puede entrar. Si se acumulan muchas cosas viejas en la casa significa que se vive atado al pasado, a los recuerdos, y eso no permite el cambio. Se debe conservar solamente aquello que es útil, positivo y necesario. Hay objetos antiguos que pueden ser muy útiles; no interpretes que lo viejo es malo porque, definitivamente, no es así. Solamente aquello que ya no te sirve puede llegar a ser malo. Despídete de todo lo que ya no usas con amor.

Bendícelo y hazlo circular.

De acuerdo con lo que llevamos por dentro, atraemos a personas y situaciones. Esto significa que todo lo que nos ocurre, bueno o malo, está reflejando pautas de pensamientos guardadas en nuestra mente. Las personas buenas, que nos quieren y ayudan, reflejan la parte más favorable de nuestra conciencia, mientras que aquellos que nos generan problemas, nos envidian o nos pelean están reflejando la parte más oscura de nuestra propia conciencia. Dicho de otra manera, las personas que son más negativas solamente vienen a nuestra vida para “hacernos el

favor” de recordarnos que tenemos ciertas pautas mentales que sanar.

Si una persona tiene una pareja que la maltrata, le miente, la engaña y demás, esa pareja está reflejando lo que la otra persona cree del amor o asocia a la idea del amor. La solución en este caso no es cambiar de pareja, sino cambiar de idea. Si el cambio no se produce por dentro, entonces la persona volverá a elegir otra pareja que volverá a maltratarla. Esta idea es difícil de asimilar porque es más fácil encontrar al “culpable” fuera de nosotros. Cada uno tiene al perfecto culpable de su propia infelicidad: su pareja, alguno de sus padres, sus hijos, su jefe, sus amigos, sus vecinos; si eso no alcanza, se culpa al presidente, al mal tiempo, a la economía, o a la mala suerte.

Para crecer, primero debes aceptar la responsabilidad de tu propia vida.

De esta manera, evitarás encontrar un culpable externo a tus propios problemas. Tampoco es necesario que te sientas culpable por lo que te sucede. Sólo tienes que sentirte responsable, saber que algunas pautas de pensamiento erróneas te están llevando a elegir mal. Una vez que cambies

tus pensamientos, cambiarás tu vida.

A partir de ahora, cada vez que surja algún problema es conveniente que te preguntes a ti mismo: “¿Qué significa esto en mi vida? ¿Por qué o cómo estoy creando esta situación?”. De esta manera, descubrirás la creencia que te ha llevado a vivir tal situación. Para cambiar dicha creencia deberás poner en práctica todo lo aprendido en el principio del mentalismo. Cuando una creencia nueva y positiva se afirme en tu conciencia, aparecerán las personas o las situaciones externas que te lo confirmarán. En síntesis, puedes considerar tu situación actual como un espejo de tu estado interno.

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