martes, 7 de junio de 2016

En cuanto a su fe religiosa de Albert Einstein respondió: Creo en el Dios de Spinoza,



En el Dios que creo  Baruch Spinoza

Por: Víctor Salazar Soto.

Deja de rezar y disfruta de la vida, trabaja, canta, diviértete con todo lo que he hecho para ti

“Si no vives para servir, no sirves para vivir”

Baruch Spinoza nació en Ámsterdam el 24 de noviembre de 1632. Fue un filósofo holandés, de origen sefardí portugués, descendiente de judíos murió el 21 de febrero de 1677 cuando contaba 44 años
Sus Obras fueron, Tratado acerca de Dios, el hombre y su felicidad, Tratado teológico político, Tratado sobre la reforma del entendimiento y Ética demostrada según el orden geométrico
Tubo como inspiración la Influencias: Aristóteles, Bacon, Platón, Estoicismo, Zenón de Citio,
Hobbes, Descartes, Aristón de Quíos, Avicena, Maimónides, Nicolás de Cusa,
Sus grandes ideales fueron la Libertad intelectual, Libertad de culto, Separación de la Iglesia del Estado, el Panteísmo, Deísmo y Monismo.
Considerado uno de los tres grandes racionalistas de la filosofía del siglo XVII con Gottfried Leibniz. René Descartes
Su ideología panteísta le ocasionaría a Spinoza serios problemas, entre ellos, el haber sido excomulgado de la comunidad judía en 1566
La influencia del pensamiento de Spinoza sobre un ser superior en Albert Einstein y la tesis de un determinismo sin restricciones y la creencia en la existencia de una inteligencia superior que se revela en la armonía y la belleza de la naturaleza.

En cuanto a su fe religiosa de Albert Einstein respondió:
Creo en el Dios de Spinoza, que nos revela una armonía de todos los seres vivos. No creo en un Dios que se ocupe del destino y las acciones de los seres humanos

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Lo que te diría Dios, según Baruch Spinoza

Deja de rezar y disfruta de la vida, trabaja, canta, diviértete con todo lo que he hecho para ti. Mi casa no son esos templos lúgubres, oscuros y fríos que tú mismo construiste y que dices que son mi morada. Mi casa son los montes, los ríos, los lagos, las playas. Ahí es donde vivo. Deja de culparme de tu vida miserable. Yo nunca dije que eras pecador y que tu sexualidad fuera algo malo. El sexo es un regalo que te he dado para que puedas expresar tu amor, tu éxtasis, tu alegría. No me culpes de lo que te han hecho creer. No leas libros religiosos. Léeme en un amanecer, en el paisaje, en la mirada de tus amigos, en los ojos de un niño. Deja de tenerme miedo. Deja de pedirme perdón. Yo te llené de pasiones, de placeres, de sentimientos, de libre albedrío. ¿Cómo puedo castigarte si soy yo el que te hice? Olvídate de los mandamientos que son artimañas para manipularte. No te puedo decir si hay otra vida. Vive como si no la hubiera, como si esta fuera la única oportunidad de amar, de existir. Deja de creer en mí. Quiero que me sientas cuando besas a tu amada, acaricias a tu perro o te bañas en el mar. Deja de alabarme. No soy tan ególatra.

Baruch Spinoza.
Debe haber sido muy lúcido y muy arriesgado para escribir semejantes razones en la época que vivió…Si pensáramos así, habría más felicidad en el mundo, menos fanatismo, menos guerras, más amor, más comprensión.
Fue hasta principios del siglo XX en que grandes filósofos alemanes como Hegel, Goethe y Schelling reivindicaron su trabajo y lo consideraron padre del pensamiento moderno.
Si no vives para servir, no sirves para vivir.
Así sea.

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